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SOLICITAR INFORMACIÓNY tú, ¿en qué piensas cuando piensas en un aval? A algunos les viene la imagen de los padres, a otros el hermano o la hermana, a algunos ‘ese’ amigo que tiene dinero y al resto se les pone simplemente cara de susto, pero… ¿sabes realmente qué es un aval y qué derechos y deberes conlleva adoptar ese papel?
Vamos pasito a pasito para que nos quede claro, tanto si lo que quieres es pedir a alguien que te avale como si eres tú ese padre, madre, hermano, hermana o amigo con dinero al que recurren para contar con las garantías suficientes para que el banco les conceda el préstamo hipotecario.
¡Allá vamos!
La lista de la hipoteca
Si tu objetivo es que te quede una hipoteca bien jugosa, ideal para la casa de tus sueños, que no requiera ni una pizca más de los ingredientes que tienes en la despensa, toma nota, sigue los pasos y verás que el resultado es delicioso.
Para preparar una hipoteca vas a necesitar:
- Estabilidad laboral
- Contrato indefinido de trabajo o demostrar ingresos mínimos.
- Contar con el ahorro del 20% del total de la hipoteca
¿Has abierto la nevera de tu bolsillo y ves que te falta uno de los ingredientes?
Es el momento del ‘aval’, el ingrediente secreto que puede hacer que la receta salga o no. Es ese amigo, familiar o vecino que entiende de hornos, que sabe la diferencia entre los dibujos del gratinado y del calor arriba y abajo. Ese que llega en el momento más oportuno, te dice ‘anda, trae’ y gracias a él la receta hipotecaria queda como para chuparse los dedos.
Definición de Aval
Como sabes, en doypo somos mucho de tirar de fuentes fiables. En este caso hemos acudido a la Real Academia Española para que nos ofrezca la definición oficial del concepto ‘aval’ y dice así:
“Obligación que alguien adquiere de hacer aquello a lo que otra persona se ha comprometido, en caso de incumplimiento”
Cuando avalas a alguien son necesarios dos factores que no necesariamente deben darse al mismo momento. Por un lado es importante confiar en la persona a la que vas a avalar y saber que hará todo lo posible para devolver el préstamo que se le ha concedido gracias a tu intervención. Por otro lado, también es muy importante que dispongas del capital o del patrimonio suficiente para poder dar respuesta en caso de que la persona titular de la hipoteca no pueda hacer frente a la deuda.
Este último es un punto muy importante ya que, en caso de darse el impago la deuda rebota del deudor al avalista y éste último (ya sea amigo, primo, hermano o vecino) deberá responder económicamente o bien aportando parte de su patrimonio hasta saldar la deuda.
No nos cansaremos de decir que la confianza es el ingrediente básico a la hora de tomar la decisión tanto de avalar como de pedir a alguien que sea tu avalista.
Ser avalista
Te lo hemos dicho siempre y no nos cansaremos de hacerlo. Ser avalista es algo que va más allá de los sentimientos y la relación que tengas con la persona que desea obtener una hipoteca. Ser avalista significa tener la cabeza fría y poder valorar – con cierta distancia – si la persona en cuestión sabrá y podrá responder adecuadamente a cada una de las cuotas de su hipoteca.
Aunque, en muchos casos, cuando el deudor no puede hacer frente al pago, llega a un acuerdo con su avalista para hacerlo a medias y, por lo tanto, aportar en todo lo que pueda para que el avalista no se vea tan afectado, no siempre el cuento tiene final feliz.
En este sentido es muy importante que el avalista sepa a qué riesgos se afronta cuando asume el papel. Que conozca a la perfección la situación económica de la parte implicada así como también la suya propia. Y es que, más allá de valorar si el deudor podrá pagar la hipoteca, el avalista debe valorar qué va a perder en caso de que le toque hacer frente a la deuda.
No ser avalista también es una opción
¿Han recurrido a ti para que avales la hipoteca de un familiar o amigo? Si te han propuesto ser avalista y no lo ves del todo claro, es importante aprender a decir que no. Si, de todos modos, necesitas un poco de orientación para saber si tienes la capacidad suficiente para adoptar ese papel, sigue leyendo y respóndete a las siguientes preguntas:
¿Cuántas viviendas en propiedad tienes?
¿Dispones de ahorros?
¿Cuántos sueldos entran en tu hogar?
Si solo tienes una propiedad y coincide que es la vivienda en la que vives tú o con tu familia, si no tienes nada ahorrado y tu sueldo es el único ingreso que entra en tu casa, la respuesta es breve y rápida: NO. Di ‘no’ a avalar la hipoteca de un tercero.
Desde doypo, especialistas en gestión hipotecaria online, te recomendamos dejar los sentimientos de lado y no jugársela por un tercero. Creemos que en esas circunstancias la mejor respuesta es una no implicación para mantener a salvo la economía familiar. Para no perder, en ningún caso, ni tus ahorros ni la vivienda en la que resides.
¿Sigues teniendo dudas sobre si necesitas un aval?
No te preocupes, aquí lo razonable es que tengas dudas. Para dar respuesta a tu pregunta te animamos a que realices una simulación de financiación con nuestro simulador de hipotecas. Completa los campos y solicita nuestro estudio de viabilidad. Es totalmente gratuito y te explicaremos de forma clara y concisa, en base a tus necesidades, si requieres de un aval o este no va a ser necesario.